En el taller de Botánica, dentro del aula de Ciencias, estuvimos conociendo cómo son las semillas. Se nos ocurrió pedir en la cocina una manzana para abrirla y sacar sus semillas para poder ver mejor cómo son. Mientras la abrían, de la manzana salía un poco de su jugo, y además olía muy bien. Así que decidimos hacer zumo de manzana para que toda la clase pudiera probarlo. Volvimos a pedir más manzanas en la cocina y las pelamos, y después las hicimos trozos más pequeños a los que añadieron varios vasos de agua y unas cucharadas de azúcar. Después le pasamos la batidora, y salió una jarra de zumo de manzana que dimos a probar a toda la clase. Cuando estábamos limpiando la mesa donde habíamos hecho el zumo, pensamos que sería buena idea trocear la piel de la manzana que habíamos pelado y mezclarla con la tierra de las plantas de clase, para que les sirva de abono. Y plantamos las semillas, ¡esperando que pronto nazca un manzano!

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